Los efectos nocivos de la contaminación del aire en la función cardíaca pueden tener lugar a corto y largo plazo. A corto plazo la exposición a partículas finas se ha vinculado a un mayor riesgo de infarto de miocardio, vasoconstricción, reducción de la variabilidad del ritmo cardíaco y arritmias. A largo plazo existe mayor riesgo de padecer aterosclerosis, inflamación y estrés oxidativo .
Un trabajo reciente publicado en la prestigiosa revista PLoS ONE revisa el efecto de la contaminación sobre una serie de indicadores de enfermedad a lo largo de todos los Estados Unidos.
Este estudio compara los datos de contaminación del aire ambiental con una muestra indicadores de salud de 500.715. El resultado demuestra un efecto moderado de la exposición a las partículas ambientales sobre la enfermedad cardiovascular.
Una gran proporción de la masa de partículas finas ambientales (PM 10, con diámetro <10 micras) se compone de productos de la combustión primaria de las emisiones de fuentes móviles: compuestos orgánicos, carbono elemental y metales. La exposición a muchos de estos componentes contaminantes tóxicos produce respuestas inflamatorias y neurogénicas con consecuencias locales y sistémicas. Se ha atribuido una mayor toxicidad a las partículas finas y ultrafinas (PM con diámetro <0,1 micras), debido a su alta eficiencia de deposición pulmonar.