El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, con un consumo mundial anual promedio de 1,1 kg per cápita, que alcanza los 4,5 kg en los países industrializados. Los componentes del café que han recibido la atención son la cafeína, cafestol, kahweol y el ácido clorogénico.
Recientemente, el consumo de café se ha asociado con una reducción en el riesgo de varias enfermedades crónicas, incluyendo la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad de Parkinson y enfermedad hepática.
Un análisis que incluye 59 estudios científicos confirmó que el consumo de café no tienen ningún efecto perjudicial. Al contrario, en los análisis de subgrupos, se observó que el consumo de café se asoció con un riesgo reducido de cáncer de vejiga, mama, bucal y de faringe, cáncer colorrectal, de endometrio, hepatocelular, de esófago, leucemia, cáncer de páncreas y cáncer de próstata.
Otro análisis de diferentes estudios científicos que incluye un total de casi 700.000 personas con un seguimiento medio de 14,9 años sugiere que existe una relación inversa entre el consumo de café y el riesgo de cáncer de páncreas (a mayor consumo de café, menor riesgo).
Las pruebas parecen indicar que la ingesta de extractos de café verde pueden promover la pérdida de peso. Sin embargo, se advierte que estas pruebas muestran un efecto reducido y son poco rigurosas.
A largo plazo, el consumo de café está asociado con un menor riesgo de gota, al menos en las mujeres.
A pesar de que no está probada una asociación entre la enfermedad cardiovascular y el consumo de café , el café se ha asociado con varios factores de riesgo cardiovascular, incluyendo el aumento de colesterol y la presión arterial elevada. El aumento del colesterol se debe que en gran parte a los diterpenos cafestol y kahweol que se encuentran en el café hervido, pero no en el café filtrado. Considerando que el aumento de la presión arterial se mide como un efecto agudo del café y que se establece una tolerancia total durante el consumo crónico, los estudios prospectivos no han encontrado pruebas convincentes de un mayor riesgo de hipertensión arterial .
El hueso es un tejido dinámico que está continuamente sometidos a la resorción y la formación, mediada por los osteoclastos y los osteoblastos, en un proceso conocido como remodelación ósea. El calcio es probablemente el nutriente más estudiado en la salud ósea y es importante en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. El consumo adecuado de calcio y vitamina D es necesario para asegurar la densidad mineral ósea. Los efectos del café / cafeína sobre el metabolismo óseo son objeto de controversia: algunos estudios indican que la cafeína se asocia con un aumento significativo de las enfermedades periodontales, con disminución de la densidad mineral ósea y aumento de riesgo de fracturas. Además, el café / cafeína provoca efectos adversos graves en el metabolismo del calcio (demostrado en modelos animales),aumentando los niveles de calcio en la orina y plasma, disminuyendo la densidad mineral ósea y reduciendo el volumen de hueso al retrasar el proceso de reparación ósea.
El consumo de café en la edad mediana no previene significativamente la aparición de enfermedades neurodegenerativas en la vejez. Además, el consumo de café no afecta ni positiva ni negativamente al riesgo de deterioro cognitivo leve o demencia.
