Para aquellos científicos que ocupan su tiempo en determinar cómo envejecemos, como hacer que envejezcamos mejor o incluso que no envejezcamos en absoluto (¡ojalá!) una de sus focos de atención es identificar los hábitos alimentarios, además de componentes específicos de la dieta que ofrecen protección contra las enfermedades relacionadas con la edad.
En un mundo desarrollado en el que la prevalencia de enfermedades crónicas, en particular de las enfermedades relacionadas con la dieta y el estilo de vida, parece ir en aumento, las personas centenarias pueden ser consideradas como supervivientes a todas las agresiones a las que se ve sometido el organismo de una persona en nuestro entorno occidental.
¿Qué les hace diferentes?
Bueno, parece ser que sus genes tienen algo que ver: la contribución genética a una vida saludable en comunidades con una excepcional longevidad se conoce y se ha estudiado en profundidad.
Existe un estudio sobre casi 500 judíos Ashkenazi con una longevidad excepcional, en el que se determinó que estos individuos centenarios podrían poseer genes adicionales que ayudan a la longevidad amortiguando los efectos nocivos de un estilo de vida poco saludable.
Sin embargo, no todo es genética. Varios estudios han demostrado también que determinados hábitos alimentarios están asociados con la longevidad. Incluso se han definido lo que se conoce como "Zonas Azules" , regiones geográficas donde la dieta consumida ha potenciado la longevidad de las personas residentes. Son las poblaciones de Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Loma Linda (California), la Península de Nicoya (Costa Rica) e Ikaria, (Grecia). Todas ellas tenían en común un mayor consumo de vegetales en la dieta.
Así, por ejemplo, la dieta tradicional de Okinawa es baja en calorías pero muy rica en vitaminas, minerales, y fitonutrientes. Los ancianos de Okinawa parecen tener mejores niveles de peroxidación lipídica y sufren menos la agresión de los radicales libres. Por otro lado, los cambios cognitivos que ocurren con el envejecimiento también se ven afectados por la ingesta de micronutrientes.
La dieta mediterránea proporciona alrededor del 40% de las calorías en forma de grasas, en su mayoría monoinsaturadas y poliinsaturadas. Los habitantes de Cerdeña consumen dieta mediterránea y esta isla se caracteriza por la excepcional longevidad de sus habitantes masculinos. Sin embargo, no se ha encontrado ninguna evidencia que relacione significativamente la dieta con la longevidad extrema masculina en esta población.
En Loma Linda, California, hay una comunidad de adventistas que, según varios estudios, viven más tiempo que el resto de la población. Curiosamente, se cree que es su dieta vegetariana la causa más probable de su extraordinaria longevidad. Los factores dietéticos que pueden estar implicados en su salud incluyen un alto consumo de frutas, verduras y frutos secos.
En cuanto a los habitantes de la Península de Nicoya en Costa Rica, se cree que uno de los factores fundamentales que ha incidido en su extrema longevidad es que los centenarios viven rodeados por una red de apoyo sólida de amigos y familia. El papel de su dieta aún no se ha determinado. Comen hortalizas, gran cantidad de frutas (naranja, mango, papaya), calabaza, frijoles, arroz y maíz. El agua también es particularmente alta en minerales como magnesio y calcio.
La gente de la isla de Ikaria, Grecia, tiene también una de las mayores esperanzas de vida en el
mundo. En esta comunidad, la evidencia científica si demuestra los beneficios de la dieta mediterránea.
La cosa no queda nada clara. Mientras los científicos intentan validar la veracidad y la variedad de causas asociadas a esta longevidad excepcional, es aconsejable seguir una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y granos,reduciendo el consumo de grasas saturadas.