Los avances en la ciencia y la medicina, así como mejores niveles de vida, han conducido a un aumento constante de la esperanza de vida, y, posteriormente, un aumento de la población de edad avanzada. La microbiota intestinal es importante para el mantenimiento de la salud del huésped, el suministro de energía, nutrientes y la protección contra los organismos invasores.
A pesar de que la microbiota del colon es relativamente estable a lo largo de la vida adulta, los cambios en el tracto gastrointestinal relacionados con la edad, así como cambios en la dieta y la reactividad a los "huéspedes" por parte del sistema inmunológico, inevitablemente afectan a la composición de la población bacteriana del intestino. Estudios recientes indican cambios en la composición de la microbiota intestinal, lo que puede dar lugar a efectos perjudiciales para el anfitrión de edad avanzada. Se ha descrito un aumento del número de anaerobios facultativos, junto con una disminución de organismos benéficos como los lactobacilos anaerobios y bifidobacterias, entre otros anaerobios, en la flora intestinal de personas de edad avanzada. Estos cambios, junto con una reducción general de la diversidad de especies en la mayoría de grupos bacterianos y los cambios en la dieta y la fisiología digestiva, tales como el tiempo de tránsito intestinal, puede resultar en aumento de putrefacción en el colon y una mayor susceptibilidad a la enfermedad. Las estrategias terapéuticas incluyen suplementos dietéticos que contienen prebióticos, probióticos y una combinación de ambos, simbióticos.